viernes, 28 de octubre de 2011

PERSONA



Con este poema he pretendido que sea el propio Fernando Pessoa el que reflexione, en el momento de su muerte física, sobre su vida y obra. En estas reflexiones se solapan su propia figura con la de sus heterónimos, que no fueron sino el resultado de compartimentar una de las sensibilidades más privilegiadas de los últimos siglos. 

PERSONA

He sido sublime. Vil y sublime
como todo humano).
Aparte de eso, ¡cuántas personas
he sido en una sóla!

He sido el traductor de cartas comerciales
que, en sus muchos días libres,
era un auxiliar de contable
que plasmaba en los libros
el desasosiego de una vida anodina.

He sido el ingeniero que deseaba ser
masoquistamente el pirata y sus víctimas,
que se queda en el muelle viendo partir el barco
que oblicuamente me llevó a África,
sintiendo que un volante
(dentro de él) se detiene.

He sido el pastor que nunca
guardó ningún rebaño,
que en la naturaleza busca su metafísica
natural sin metafísica.

He sido un solitario anónimo en el Chiado,
pasando del estanco al café en el que sigo,
tomando eternamente
mi copa de aguardiente.

He sido Hamlet para tí, mi Ofelia:
el único amor que he fingido.

Todos estos años he vivido exiliado
bajo el nombre de Ricardo Reis, pero ya intuyo
-los Dioses me sean leves-
que se acerca el instante:
dadme mis gafas. Llamad a mis personas.
Lo único que siento ahora es no saber
lo que traerá el mañana.


Tomás Illescas (poeta)
Poema inspirado en la figura y la obra de Fernando Pessoa, con especial referencia a su antología El misterio del mundo. Selección y traducción de José Luis García Martín Ed.Paréntesis.